En los casi 20 años en el oficio de
recargas y reciclaje de consumibles, todavía me sorprenden con la pregunta de
si comercializamos tintas comestibles. Estoy acostumbrado a que me pregunten
siempre las mismas cuestiones referente a que impresora me recomiendas,
defectos de impresión, ruidos extraños, … y cuando me preguntan si disponemos
de tintas comestibles, durante unos segundos me quedo en silencio hasta que
respondo ‘no, no tenemos’ Tal vez debamos plantearnos esta posibilidad,
ya que no estaría mal endulzar un poco estos años de crisis. Volviendo al tema,
la sorpresa que me provoca la respuesta, no es hoy por hoy el desconocimiento
del tema de este tipo de tinta si no, el cómo imagine como imprimía una
impresora que usa tinta comestible la primera vez que me plantearon la
cuestión; ya que me imaginaba a una tarta colocada en la bandeja de papel
dispuesta a entrar en el interior de la impresora ….
La
tinta comestible es una de las formas de impresión digital mas interesante, por
no decir deliciosa. Permite plasmar fotografías, logos, anuncios, fechas especiales,
publicidad en pasteles, galletas, o cualquier otro postre. Las tintas están
hechas a base de colorantes vegetales para alimentos y han de estar
reguladas y autorizadas por el Ministerio de Sanidad y Consumo igual que
cualquier otro aditivo alimentario.
El
principal mercado de estas tintas son pastelerías y panaderías; sin
embargo, la personalización es un valor añadido que le otorga a los productos
una mejor presentación, calidad y aumento del interés de los clientes, es por
esta razón que estas tintas amplían su utilización para restaurantes,
chocolaterías y hoteles, entre otros.
El funcionamiento de una impresora
de tinta comestible no difiere para nada de una impresora normal. De hecho se
puede usar cualquier impresora de tinta, el único requisito es que sea
totalmente nueva o en su defecto que se haya limpiado por completo a fondo,
incluido el interior de los inyectores para eliminar cualquier rastro de tinta
convencional. A parte de la impresora necesitaremos cartuchos que en su
interior lleven tinta comestible y el papel lo sustituiremos por hojas de papel comestible; que por lo
general, están hechas de arroz, almidón, o azúcar, y por lo tanto son seguras
para comer. La impresión se realiza desde cualquier programa, no sé necesita un
software especial para ello y una vez impresa la imagen, el papel se coloca
sobre el producto deseando. Una vez colocado el papel debemos mantener el
producto refrigerado para evitar que la imagen se dañe.
Si
os animáis y tenéis una impresora en desuso tal vez podéis personalizar
vuestros postres y sorprender a vuestros amigos o familia con creaciones
propias, ya veis que podéis encontrar papel en formato A4 o en círculos para
decoración de tartaletas o galletas. Ya habéis visto que se trata de un proceso
bastante más sencillo al de una tarta entrando por la impresora.
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