¿Cuánto debería cobrar? Esta es
una de las preguntas más comunes que nos planteamos todos los que vendemos algún
producto. En este artículo veremos algunos consejos para ayudarnos a acertar y
sacar el máximo partido a las ganancias potenciales que conlleva la producción de
productos sublimados.
La tarificación es un delicado
equilibrio entre obtener un beneficio y el precio que la gente pagará. Si fijamos
unos precios demasiado bajos, nuestro flujo de caja y rentabilidad se
resentirán. Si los fijamos demasiado elevados, serán las ventas las que se
resentirán. Hay varios aspectos que deberíamos plantearnos y añadir a nuestros
cálculos a la hora de fijar los precios.
Conocer el mercado
Identificar tendencias e
introducir nuevos productos es una gran estrategia comercial. Para que nuestros
nuevos productos triunfen, descubramos quién más vende productos similares en nuestros
mercados objetivos y qué precios se cobran. Veamos qué productos son, cómo se
presentan y cualquier otro dato relevante, como el volumen de ventas.
Una vez que hayamos evaluado el
mercado, hagámonos algunas preguntas esenciales: ¿Hay espacio suficiente para
otra empresa? ¿Qué ideas nuevas e innovadoras podemos aportar a los clientes
para que nuestra empresa destaque? ¿Qué rango de precios hay ahora dentro del
mercado y cómo de bien puede funcionar nuestra empresa dentro de esos
parámetros?
Evaluar los costes
Comencemos analizando el coste
real de la impresión por sublimación, que nos orientará sobre la mejor forma de
evaluar los costes de producción. Con demasiada frecuencia, las pequeñas
empresas se centran solo en el coste de sustratos, tinta, papel y envío. Es un
error costoso que a menudo provoca dificultades para mantenerse a flote.
Un ejercicio de tarificación debe
incluir TODOS los costes asociados con el funcionamiento del negocio. Si
todavía estamos en la fase de aficionado, puede ser un buen momento para pensar
cómo dar el salto para convertirnos en un negocio de sublimación rentable. Si
estamos listos para dar ese salto o estamos añadiendo servicios de sublimación
a nuestro negocio actual, ya sabemos que los gastos generales deben integrarse
en el cálculo de costes. Entre estos gastos se incluyen: alquiler, servicios
públicos, seguros, embalaje, software, tinta, impresoras, papel, substratos,
cuotas de socio, etc. Y, sí, también incluye nuestra nómina.
El coste de los gastos generales
nos permitirá calcular el coste de producción por hora. Por ejemplo, quizás
descubramos que producir un producto sublimado nos cuesta 25 euros por hora en
total. Ahora planteémonos el producto que nos gustaría vender y el precio que
ya tiene en el mercado. ¿Cuánto tiempo le tomaría producir ese artículo?
La sublimación es un proceso de
creación, impresión y prensado, en el que la impresión y el prensado tardan un
promedio de dos minutos. En la mayoría de los trabajos de sublimación, la
creación de gráficos y la preparación de archivos requiere la mayor parte del
tiempo. Calculemos cuántos minutos tardaríamos en completar el proceso de creación,
impresión y prensa para obtener el coste real del producto.
Cuanto más produzcamos, menor
será el coste y mayor la ganancia que podemos obtener. Si aprovechamos los
trabajos que nos permitan imprimir y prensar múltiples productos a la vez
conseguiremos un beneficio aún mayor.
Olvida la formula antigua
La regla de oro para la mayor
parte de minoristas es multiplicar el coste por dos o tres, para asegurarse de obtener
un beneficio. Sin embargo, en el caso de la sublimación, esta fórmula puede
suponer perder mucho dinero. El motivo es que el coste de producción muchas
veces es muy inferior al precio que soportará el mercado.
Por ejemplo, el coste de producir
una almohada de 35,56 x 35,56 cm con un diseño prefabricado, puede ser de 4
euros, y se podría vender fácilmente por 16 euros en la mayoría de mercados. Es
decir, el coste multiplicado por cuatro. Si modificamos el diseño para agregar
el nombre de alguien, podemos sumar de 4 a 8 euros al precio, lo que se traduce
en el coste multiplicado por cinco o seis.
Agregar imágenes, nombres y
colores personalizados siempre añade valor a un producto a los ojos del
cliente, pero no mucho a nuestros gastos. Para reducir el tiempo de diseño al
mínimo, procuremos crear diseños que se puedan editar rápida y fácilmente para
incluir estos pequeños añadidos premium. El resultado será más efectivo en nuestro
bolsillo, con un tiempo mínimo añadido a la producción.
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