Conseguir flujos de trabajo óptimos es un desafío que muchas veces no terminamos
de comprender de una manera apropiada, y por ello en este post queremos repasar
algunos de los elementos más relevantes que debemos tener en cuenta.
Es importante destacar que todos actúan de forma conjunta, es decir, se
complementan para hacer posible ese objetivo, lograr un flujo de trabajo
totalmente optimizado, y por tanto no debemos prescindir ni menospreciar a
ninguno de ellos.
Capacidad de impresión óptima
La capacidad de impresión óptima hace referencia a la franja de impresiones
que es capaz de sacar adelante una determinada impresora sin llegar a forzar
sus componentes.
Esto quiere decir que podremos superar esa franja óptima, pero estaremos
forzando la impresora y podríamos acabar acortando su vida útil si nos
excedemos demasiado y de forma continuada.
De lo dicho debemos sacar en claro que para conseguir un flujo de trabajo
óptimo el primer paso es apostar por impresoras que cubran nuestras necesidades
de impresión en su franja óptima y no máxima.
Velocidad de impresión
La velocidad de impresión es la capacidad que tiene una impresora para
sacar una cierta cantidad de páginas en una franja concreta de tiempo. Se mide en
páginas por minuto.
Obviamente este punto es clave, ya que una buena velocidad de impresión
ayuda a agilizar el flujo de trabajo y permite a los trabajadores de cualquier
empresa completar sus tareas con la mayor brevedad posible.
Es importante tener en cuenta que la velocidad de impresión debe ser acorde
a la capacidad de impresión, ya que con ello se consigue una relación óptima
entre ambas.
Así, y a modo de ejemplo, podemos decir que una impresora que tenga una
capacidad de impresión recomendada de 2.000 páginas al mes tendrá una velocidad
óptima si ronda las 20 impresiones por minuto, y una capaz de imprimir 7.500
páginas al mes hará lo propio si se sitúa sobre las 50-60 páginas por minuto.
Escaneado a doble cara y
digitalización
Finalmente hay un tercer elemento clave para maximizar los flujos de
trabajo, la función de escaneado a doble cara con una buena velocidad y las
herramientas de digitalización que simplifican los procesos.
Ambos elementos añaden un gran valor aunque en cierta manera podamos
considerarlo como algo secundario, y debemos tenerlo muy en cuenta si nuestra
empresa necesita recurrir habitualmente a esta función.
Puede que todo lo que hemos dicho suene complicado, pero afortunadamente
hay impresoras muy accesibles que cumplen de sobra con estos tres puntos.
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