Un poco de imaginación y la impresión digital hace el resto. Es una barra
libre de personalización y flexibilidad que, tras haberse ganado un sitio en la
decoración de hoteles, comercios y restaurantes, recala en las viviendas. Y lo
hace conquistando todo tipo de soportes. Primero fueron los vinilos de pared y
ahora esta técnica decorativa permite que cualquier dibujo o imagen se pueda
imprimir en una puerta, una ventana, una pared, un azulejo, una taza, un
cristal, un armario, una tela o tapicería...
Según las empresas de interiorismo, cada vez más, nos atrevemos con
personalizaciones de diferentes soportes, textiles, vinilos, metales, maderas,
o corchos, que están muy en boga.
En realidad, es una técnica que se lleva aplicando años, aunque nunca antes
ha conseguido tanta notoriedad como ahora. Para arquitectos, interioristas y
diseñadores es una varita casi mágica con la que pueden convertirse en
"editores creando sus propias colecciones personalizadas de objetos
decorativos de una forma rápida, ajustándose al presupuesto y consiguiendo
resultados fieles al proyecto", dice Guillaume García, director de
C!Print, salón que muestra las posibilidades de la impresión digital y que
recientemente ha celebrado su tercera edición en Madrid.
Ya a mediados de los años noventa se comenzaron a utilizar impresoras de
gran formato en la decoración. El primer sector en integrar las tecnologías
digitales fue el interiorismo comercial, cuenta García. Pero, "solamente a
partir de la década actual las soluciones que ofrecemos los fabricantes del
sector permiten resultados accesibles y fiables para los profesionales del
diseño", aclara Óscar Visuña, director de la división Professional
Printing Solutions de Epson.
Personal y versátil definen esta forma de decorar espacios, que ha llegado
para quedarse. Busca ofrecer alternativas a la decoración tradicional, dotando
de más personalidad, profundidad y emotividad a los diferentes espacios que
podemos encontrar en cualquier casa, oficina, u hotel.
Prácticamente todo es imprimible y personalizable; consiguiendo nuevas
sensaciones visuales. Por ejemplo, cubriendo la pared con una fotografía se
logra una sensación de profundidad y calidez. Y, sobre todo originalidad; ya
que en un dormitorio infantil se puede ir cambiando la temática a medida que va
creciendo su ocupante.
Gracias a estas técnicas es posible customizar y convertir en únicos los
espacios de cualquier lugar. El concepto de personalización mediante sistemas
digitales permite convertir en una pieza única cualquier elemento fabricado en
una cadena de producción industria; superando las limitaciones de la fabricación
en serie.
Además, la impresión digital ahorra tiempo y dinero. Por un lado, se aplica
mucho más rápido de lo que se tarda en pintar o revestir una pared. Y por otro,
se abaratan los costes si se compara con los métodos decorativos tradicionales.
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