Las impresoras 3D han demostrado tener infinidad de aplicaciones útiles
para todo tipo de sectores. Pero, aunque cuentan con multitud de ventajas,
también tienen un inconveniente destacado: la dependencia de filamento.
El material de plástico necesario para alimentar las impresoras 3D resulta
caro, no está accesible en cualquier establecimiento y no se puede volver a
aprovechar en caso de que nos equivoquemos o la pieza quede mal.
Para resolver el problema del filamento con una solución ecológica, una
startup de Canadá ha diseñado ProtoCycler, una máquina que recicla el plástico
de cualquier objeto y lo convierte en el preciado material para imprimir en 3D.
Se trata de un dispositivo con un funcionamiento sencillo e intuitivo.
Puede reciclar el plástico de residuos como botellas, piezas de juguetes, o
incluso modelos que han quedado mal en la impresión 3D. Además, ofrece la
posibilidad de elegir el color deseado para hacer el carrete.
Una vez añadido el material, la máquina lo tritura y lo funde a alta
temperatura. La velocidad de procesado es muy rápida y tiene la capacidad de
extruir 3 metros de bobina por segundo.
ProtoCycler es un aparato muy recomendable para los propietarios de
impresoras 3D porque permite ahorrar mucho dinero en la compra de filamento.
Las bobinas más baratas de 1 kg de filamento se pueden adquirir por un precio
de entre 15 y 20 euros. Sin embargo, la máquina puede producirlas con un coste
de sólo 5 euros. El precio del dispositivo es de 699.
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