¿Quieres minimizar
las impresiones en tu centro de trabajo, pero no sabes cómo?
Evitar los
paseíllos diarios a la impresora para convertir documentos digitales en papel
o, más bien, limitarlos a lo mínimo y básico, es uno de los objetivos de toda
empresa. Y es que a pesar de los avances técnicos que han posibilitado el
desarrollo de impresoras más modernas y eficientes, la impresión continúa
siendo fuente de gasto económico y desperdicio medioambiental a nivel
corporativo.
Así que, si quieres
ahorrar tinta de una vez por todas en tu entorno de tu trabajo, pero no sabes
cómo, échale un vistazo a los siguientes consejos. Éstos 10 puntos también te
ayudarán a ser un ciudadano más concienciado con la naturaleza y el control de
gastos:
1. “Diferenciar los
documentos para uso interno y externo”. No es lo mismo que un informe tenga
como destino el uso propio que haya que entregarlo a un socio durante una
reunión de trabajo. Las prioridades, en ambos casos, son distintas. Los
expertos recomiendan acentuar el ahorro en las situaciones de uso interno, por
ejemplo, recurriendo a papel reciclado, haciendo impresiones a doble cara o
tirando de borradores.
2. “Evitar imprimir
correos electrónicos y borradores así como archivar las copias de forma
electrónica”. Si ya has accedido a la información a través de la pantalla de tu
dispositivo y te ha quedado claro, ¿por qué imprimirla? Lo mismo ocurre con los
trabajos sin acabar. Piénsatelo dos veces antes de pasar a papel cualquier
contenido que consultes por Internet.
3. “Optar por cartuchos
reciclados de alto rendimiento para evitar envíos y desperdicios innecesarios”.
Buena parte del gasto asociado a la impresión se debe al consumo de tinta.
4. “Reciclar
separando los residuos de papel y de cartuchos”. No todo son buenas prácticas
para que las reservas de tinta duren más. También hay que aprender a ser más
respetuosos con este mundo en el que vivimos y poner en práctica políticas de
reciclaje si queremos que él también dure lo máximo posible en las mejores
condiciones. Nunca mezcles distintos materiales en la misma papelera.
5. “Devolver los
cartuchos vacíos al fabricante para su reciclaje responsable o para una nueva utilización”.
Del mismo modo, una buena idea es remitir el material agotado al fabricante que
lo ha montado para que, en vez de destruirlo, lo aproveche para futuros
desarrollos. Esto es, si es posible.
6. “No desactivar
el modo de ahorro de energía”. Si la impresora de la empresa está habilitada
con un modo de ahorro, deja que actúe. No cambies la configuración por capricho
y observa el cambio entre la cantidad de electricidad que consumías antes y la
que te hace falta ahora.
7. “Invertir en
nuevos equipos”. Puede que muchos consideren que las impresoras son equipos que
malgastan energía, tinta y papel. Pero no siempre es así. Aunque comprar
dispositivos más modernos suponga una fuerte inversión, a la larga su uso
saldrá más rentable. Las impresoras en la actualidad están preparadas para
minimizar los gastos. Otra posibilidad es comprar más ordenadores o tabletas y
consultar documentos “mediante su visualización en dos pantallas o con
pantallas de mayor tamaño”.
8. “Utilizar
impresoras que permitan la liberación segura de impresión”. Una característica
a tener en cuenta a la hora de elegir una impresora es la capacidad de
liberación segura de la impresión. O el hecho de que “las órdenes de impresión
se guarden en la memoria y se lancen posteriormente todas a la vez, cuando el
empleado lo decida, evitando así calentar el fusor de la impresora varias
veces”.
9. “Implantar
soluciones de seguridad estableciendo cuotas de impresión”. Confiar en los
avances tecnológicos no es suficiente. Es igual de importante concienciar a los
empleados y educarlos sobre buenas prácticas para que adopten una actitud de
impresión responsable por su cuenta. En todo caso, también se puede recurrir a
la imposición de claves personales para vigilar cuánto uso hace cada trabajador
de la impresora. Y, al final, forzar a que lo restrinjan si es demasiado
exagerado.
10. “Sustituir
impresoras locales por impresoras de red”. Por último, un truco útil, que tira
de psicología, consiste en deshacerse de los equipos individuales o situarlos a
cierta distancia de la mesa. Los recursos compartidos o forzar a la gente a
levantarse de su silla para recoger los documentos podrían provocar que los más
adictos se corten a la hora de hacer un uso intensivo de la impresión.
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