Las impresoras 3D que Hewlett
Packard lanzará al mercado en los próximos dos o tres años llevarán sello
español. La multinacional con sede en Palo Alto (EE UU) decidió entrar en el
sector justo después de que los responsables del centro de I+D de Impresoras de
Gran Formato de Sant Cugat del Vallès (Barcelona), liderados por Ramón Pastor,
responsable mundial de la división, viajaran a la sede de la compañía para
presentar su propio producto, totalmente desarrollado en España.
"Fuimos capaces de presentar
una impresora 3D capaz de fabricar una pieza en metal o plástico a mucho mayor
velocidad que las máquinas existentes, y con niveles de perfección también
superiores", afirma Pastor. Todo un salto cuántico en productividad ya que
"las impresoras 3D actuales pueden tardar hasta 20 ó 30 horas en completar
algunas piezas, lo que las hace poco efectivas", dice.
En abril de este año, la consejera
delegada de la compañía, Meg Whitman, anunciaba oficialmente la decisión de
entrar en el sector. Pastor será el responsable de liderar el nuevo centro. A
partir de ahora todos los modelos de estas nuevas máquinas se diseñarán y
desarrollarán en España, para ser fabricados posteriormente en las plantas de
producción y ensamblaje de Asia.
Pastor y sus colegas de Barcelona
se beneficiaron del hecho de que en Sant Cugat está, desde hace muchos años, el
mayor centro de innovación de HP fuera de EE UU, con más de 400 ingenieros.
"Para dar servicio a la nueva actividad de innovación", apunta
Pastor, "hemos empezado a incrementar la plantilla
significativamente".
En HP,
por ejemplo, están convencidos de que la presencia en España del gran núcleo
mundial de I+D en impresoras 3D impulsará, dice Pastor "la aparición de
decenas de start ups de hardware, algo de momento poco habitual".
La decisión de HP de quedarse en
Barcelona no fue automática. Pese a que Sant Cugat concibió el nuevo producto y
presentó un proyecto de negocio, eso no impidió que tuviera que competir con
otras sedes de la compañía, también interesadas en el negocio, en especial
Singapur y algún campus de EE UU. De momento, el nuevo centro se ubicará en las
actuales instalaciones del centro de Impresoras de Gran Formato, donde se
concibieron las nuevas máquinas 3D, pero se irá desgajando poco a poco.
"No descartamos construir un nuevo edificio para esta actividad",
dice Pastor.
Pastor considera que la impresión
3D tiene un gran futuro. Estas impresoras, que estarán enfocadas al mercado de
empresas, permitirán producir series cortas de objetos, piezas y conjuntos a
precios bastante aceptables, que se irán reduciendo en los próximos años. Se
calcula que el mercado de impresión 3D, valorado ahora en 2.500 millones de
dólares a escala global, crecerá a tasas del 20% anual para alcanzar los 12.000
millones de dólares en el 2022. "Pero esta es una previsión muy
conservadora", subraya Pastor. "Algunos dan cifras dos o tres veces
superiores".
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