Cuando adquirimos un kit de
recarga y vemos que algunos de ellos permiten recargar hasta 7 veces un cartucho,
nos planteamos si el tóner va a deteriorarse o incluso a caducar durante el
tiempo en el cual este almacenado hasta que lo usemos por completo; ya que la
última recarga puede que la hagamos 4 o 5 años después de la compra del kit.
El tóner es tinta seca, ósea
polvo, que sometido a una temperatura por parte del fusor de la impresora se
derrite fijándose en el papel. El hecho de ser polvo hace que no caduque ni
pierda sus propiedades físicas y químicas siempre que lo mantengamos en un
lugar oscuro en un rango de temperatura de 20 a 40ºC y en un entorno con humedades del 35 al 70%.
De este modo podemos almacenar las botellas de tóner que no usemos en cualquier
armario de nuestra casa, para preservarlos de la luz y mantenerlos en un
entorno de temperatura y humedad constante. Si tenemos una botella abierta a
medio uso, lo recomendable es tenerla tapada y pegar cinta adhesiva alrededor del
tapón y el cuello de la botella de tóner. Si seguimos estas normas podemos
llegar a usar un botella de tóner hasta 7 años después de su adquisición sin
perder sus propiedades. Esto no sucede con la tinta, puesto que si la
almacenamos durante años se puede llegar a ver, en ocasiones, como se decantan
sus componentes.
Distinto es un cartucho de tóner,
ya que los cartuchos es conveniente usarlos antes de los 3 años posteriores a
su fecha de comercialización; puesto que pasado este tiempo pueden funcionar
mal debido a fallos en piezas interna. Fijaos que digo a fallos por piezas y no
por el polvo de tóner; algunos componentes de los cartuchos de tóner son piezas
de goma sometidas a una tensión, esa tensión con el paso de los años puede
disminuir provocando un mal funcionamiento del cartucho.
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