Reutilizados u
originales. Reciclar o desechar. Proceso de rendimiento. Estos conceptos son
ambiguos o desconocidos para la mayoría de los usuarios de impresoras en la
actualidad. Es la principal conclusión a la que llega un reciente estudio,
encuesta en la que se revela que los consumidores europeos presentan unas
nociones poco acertadas en torno a los consumibles que rodean a las impresoras.
En este sentido,
hay quien ve que la desinformación que a día de hoy presentan los usuarios es
producto de las alternativas que se están desarrollando en torno a los
cartuchos de tinta originales, por lo que los principales fabricantes de
impresoras se han encargado en los últimos tiempos de generar un debate en
torno a la calidad de los consumibles compatibles.
Es por ello que,
para contrarrestar este hecho, muchos de los fabricantes de cartuchos
alternativos se han puesto manos a la obra, intentando desmitificar ciertas
falsas creencias que existen sobre estos productos. Uno de ellos aborda el mito
que se centra en pensar que a medida que el tóner de consumo se reduce, la
calidad de impresión baja.
Una consecuencia
que hace un tiempo pudo ser cierta porque resultaba eficiente extraer el
consumible y agitarlo, de modo que con esta acción se mejoraba la calidad de
las últimas impresiones. Por el contrario, en la actualidad se han desarrollado
nuevos consumibles que garantizan la calidad de impresión de principio a fin
del contenido del mismo.
Otro de los mitos
respecto al tóner es pensar que no hay que sustituir el consumible en cuanto
aparezca el mensaje de tóner bajo, ya que se están desperdiciando tanto tinta
como dinero. Un pensamiento que se contradice gracias al avance
tecnológico, pues éste evita que se produzcan pérdidas de tinta. De hecho, los
consumibles de hoy en día permiten mostrar la cantidad exacta de copias que le
quedan al tóner por realizar.
En tercer lugar,
para los fabricantes de dispositivos reutilizables existe la tendencia a
malpensar que los mensajes que informan sobre el nivel de tóner son estándar.
Una afirmación falsa pues, por el contrario, existen ya modelos que reparan en
varias cuestiones como estas, ya sean los hábitos de consumo y capacidad de la
impresora en relación con ellos. Una forma de adaptarse a las necesidades
reales de los usuarios que aumenta la efectividad de los mismos hacia las
marcas.
Asimismo, también
hay quien tiende a pensar que el coste del tóner es inversamente proporcional
al precio de la impresión por página. Una afirmación que tendría sentido si el
precio de los consumibles se asociara a las copias totales que los mismos
imprimen. No obstante, esta relación no se da, por lo que un precio más elevado
no conlleva un mayor rendimiento del consumible.
Por último, otra de
las falsas creencias que giran en torno a los consumibles es que no se puede
calcular el número final de páginas que está permitido imprimir con el uso de
un solo cartucho. Una creencia que se desmiente en la actualidad, pues a día de
hoy se puede conocer, de forma adicional a los mensajes de envío de las
impresoras, cuál es el nivel de tinta que presenta el tóner.
De hecho, algunos
modelos de impresión cuentan con un marcador que va contando hacia atrás y
señalan el número total de copias que se pueden imprimir con el consumible que
se utiliza en el momento de llevar a cabo la consulta.
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