El debate que siempre se abre
cuando se trata el tema de la impresión es el de láser vs tinta. Cada
tecnología tiene sus virtudes y sus defectos, pero el primero se muestra más
versátil para un uso general que el segundo. Por su tecnología, los resultados
son más limpios y los trabajos se finalizan de un modo más contundente que con
la inyección, donde las hojas suelen salir del circuito de impresión aún sin
secar completamente. En las impresoras láser, las hojas salen perfectamente acabadas,
gracias al proceso de fusión de las partículas de tóner sobre la superficie del
papel.
A cambio, no hay modos
fotográficos, como ocurre con los modelos de tinta. El tratamiento de texto e
imágenes es muy bueno en todos los casos sobre papel normal, pero no hay
posibilidad de elegir un papel específico, como sí ocurre con la tinta.
Como mucho se puede optar por un
grosor mayor o menor para dar más consistencia al trabajo, pero, al final, el
aspecto está determinado por la composición del tóner y no por el papel.
Existen tóneres que incluyen compuestos de cera para dar brillo y cuerpo a los
documentos, pero el aspecto final está por detrás de los acabados de máxima
calidad en tinta.
Por otro lado, con láser
hay que tener más cuidado en el momento de trabajar con el tóner, que es un
compuesto muy volátil que mancha casi con mirarlo. En este sentido, se ha
mejorado mucho por parte de los fabricantes, que ofrecen mecanismos de
manipulación de los cartuchos que apenas suponen un riesgo de derrame del tóner
En cuanto a costes, láser se
muestra como una propuesta sumamente interesante. Incluso usando los datos de
rendimiento ofrecidos por los fabricantes, se tiene en los casos más favorables
que el coste por página solo usando tóner negro es de 2,6 céntimos de euro y,
con color, de menos de 30 céntimos de euro. Además, en general se puede
configurar el modo de ahorro de tóner para aumentar aún más la vida de los
cartuchos. De todos modos, para el máximo ahorro, la elección más segura es la
de modelos láser monocromo.
En cuanto a la logística de la
instalación de la impresora, el mayor problema es precisamente el del tamaño.
Los modelos láser tienen unas dimensiones que no pueden competir con los
modelos de inyección más compactos. De todos modos, en valor absoluto, las
propuestas de HP o Canon y Samsung son referencias interesantes gracias a su
reducción de tamaño y peso frente a otras marcas.
El precio de las impresoras
propiamente dichas es superior al de las de inyección más económicas, pero la
vida útil de estos equipos es de miles de trabajos, de modo que no es
complicado amortizar la inversión. En estos casos, el precio por copia se
deberá recalcular dividiendo el número total de trabajos entre el precio del
equipo para sumarlo al del coste del tóner.
De cualquier manera, ya no es
descabellado pensar en la adquisición de un modelo láser para el hogar. Eso sí,
espera al final de la comparativa para conocer los detalles de los equipos
analizados en busca de la letra pequeña.
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