Cuando hablamos de tecnología,
siempre surgen dudas sobre cuál es el mejor método para un correcto
mantenimiento. En el caso de las impresoras, la mayoría de usuarios las
dejan encendidas de manera indefinida, incluso aunque pasen semanas sin
utilizarlas. ¿Es esto bueno, o es más aconsejable apagar la impresora y
solo encenderla cuando la vayamos a utilizar? La respuesta es que depende, y os
vamos a explicar el por qué.
Dejando de lado las obsoletas
impresoras matriciales, en este artículo vamos a diferenciar los dos tipos de
impresora más comunes: láser y de inyección de tinta (inkjet).
También hemos de tener en cuenta que prácticamente la totalidad de las
impresoras del mercado cuentan con sistemas de standby, es decir, que
aunque las dejemos encendidas el consumo eléctrico no va a ser un problema ya
que entran en un modo de ahorro de energía cuyo consumo es irrisorio.
La salud de los cabezales de impresión
Todas las impresoras de inyección
de tinta tienen cabezales de impresión semiconductores. Estos cabezales suelen
ser la primera pieza que se estropea de una impresora, pero afortunadamente
muchos fabricantes los incorporan en los propios cartuchos de impresión, así
que cada vez que estemos cambiando estos, cambiaremos también los cabezales. En
todo caso, mantener la impresora encendida, si ésta es de inyección de
tinta, sirve para mantener los cabezales limpios durante más tiempo.
La limpieza y el mantenimiento
regular en una impresora es algo esencial para garantizar que continúe
imprimiendo con buena calidad durante mucho tiempo. La diferencia entre dejar
la impresora encendida o apagada generalmente es insignificante en términos de
energía, pero para tener unos cabezales de impresión más «saludables» y con un
consumo de tinta más eficiente, la recomendación de los fabricantes es
dejar la impresora encendida.
A este respecto, las
impresoras láser no se ven afectadas ya que no tienen tinta líquida, sino
que los tóner contienen simplemente tinta en polvo.
Además, apagar y encender la
impresora constantemente disminuye su vida útil ya que cada vez que la
encendemos se realiza un proceso de auto chequeo que mueve sus componentes
internos, generando desgaste.
El consumo de tinta
Durante los ciclos de
mantenimiento (limpieza de cabezales, etc.), la impresora utiliza tinta, en
ocasiones hasta un 20% del contenido de los cartuchos, y dado el coste que
tienen éstos no es algo que queramos que suceda. El uso de la tinta para
limpiar los cabezales de impresión es importante para que la impresora dure
más, pero a veces estos ciclos de mantenimiento pueden ocurrir más
frecuentemente de lo necesario.
La frecuencia depende de cada
fabricante, pero al encender la impresora siempre se activa ese proceso de auto
chequeo que hemos mencionado antes, y por este mismo motivo (minimizar el
consumo de tinta) se recomienda que se mantenga la impresora encendida, porque
así reduciremos la cantidad de ciclos de mantenimiento.
En resumen y aunque parezca
contraproducente, los propios fabricantes nos recomiendan no apagar la
impresora aunque vayamos a estar un tiempo sin utilizarla. No obstante, sí
que es bueno hacerlo de vez en cuando para que estos ciclos de mantenimiento y
auto diagnóstico sucedan (que para algo están).
Algunos expertos dicen que,
incluso aunque no usemos la impresora, es bueno imprimir una hoja de
diagnóstico al menos una vez al mes para hacer girar los rodillos y, en el caso
de las impresoras de inyección de tinta, hacer que ésta circule por los
conductos.
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