Las impresoras láser monocromo están pensadas
para sacar adelante ciertos tipos de trabajo. Sólo pueden imprimir en negro,
una característica que limita su uso, ya que no están pensadas para trabajar
con imágenes ni con diseños en los que el color sea un elemento fundamental.
Sin embargo, esa es su única limitación importante ya que, en general, pueden
ser la respuesta a necesidades concretas en una empresa; siendo una buena idea
elegirlas en estos dos escenarios:
- Entornos de impresión donde no se utiliza el color. Se encuentran en aquellas empresas que sólo trabajan con documentos o con alguna imagen sencilla que no requiere el uso del color, como despachos de abogados, asesorías, ciertos tipos de oficinas y comercios y negocios de copistería.
- Entornos híbridos de impresión. Hay muchas empresas de gran tamaño con departamentos y grupos de trabajo que necesiten imprimir en color, pero puede que algunos trabajen en mayor medida con impresiones en negro. En esos casos las impresoras láser monocromo serían una excelente opción si las integramos como una solución complementaria, es decir apoyando a otras impresoras a color. Esta división puede ser muy útil y ayudarnos a optimizar en gran medida los entornos de trabajo de nuestra empresa.
Una de las grandes ventajas de las impresoras
monocromo es que tienen por lo general un precio de venta más asequible
comparado con los modelos equivalentes en color, lo que significa que
representan una inversión menor y que se pueden amortizar en menos tiempo.
Además, este tipo de impresoras están
preparadas para sacar adelante grandes ciclos de trabajo de forma óptima, y no
nos obligan a renunciar a ninguna función avanzada, como WiFi, NFC y seguridad
integrada, ofreciendo una alta calidad de impresión, una elevada velocidad de
trabajo y un bajo coste por página.
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