Aunque es complicado que la tinta
se salga, porque los cartuchos van cerrados y sellados, en el caso que los
estemos rellenando manualmente la posibilidad es más alta. Para limpiar la
tinta no hay un método infalible, pues depende de la superficie y la composición
de la misma. En el caso de las manos, debemos usar un jabón abrasivo para piel
y agua fría lo más rápidamente posible.
En manchas sobre tejido blanco,
usaremos lejía y agua fría, frotando con un cepillo la superficie a limpiar.
Nunca utilizaremos agua templada o caliente, ya que se fijaría el color. En el
caso del tejido de color, la lejía puede desteñir la ropa; por lo que es mejor
usar amoníaco jabonoso con agua fría. En cualquier caso, lo ideal es probar en
un trozo pequeño de superficie y comprobar los resultados. Y sobre todo,
empezar con poco producto e ir aumentando la dosis.
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